CRITICA PENAL


Bienvenid@s al primer programa de radio para pensar y discutir el sistema penal.

Producido por docentes universitarios, alumnos y periodistas, pretende ser un espacio abierto a la participación colectiva.

Todos los Jueves de 21 a 23hs, por FM 88.7 de la Azotea, Mar del Plata, Argentina
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jueves, 31 de octubre de 2013

Editorial 13° Programa

30 años, nada más…
El 28 de junio de 1983, la Cuarta Junta del gobierno militar, cercada por la enorme e integral crisis a la que habían conducido al país, convocó a elecciones para el 30 de octubre de ese mismo –e histórico- año.
Así se daba comienzo, sin saberlo aún, al período democrático más largo que ha conocido nuestro país… 
Es que nuestra historia está colmada de “golpes” (en el 33, 43, 55, 62, 66, 76…) Y la palabra es bastante gráfica: la irrupción más violenta y atroz contra el mejor sistema de gobierno que hemos conocido: la democracia, esa en la que la voluntad queda en manos del Soberano, el pueblo.
Así, las calles de las ciudades –hasta por entonces tan golpeadas- se llenaron de esperanzas, de júbilo; la alegría colmaba los escenarios sociales. La gente, exultante, acudía a las urnas y buscaba hacer efectivo ese derecho que un día le dijeron, gobernaba la democracia: la voluntad popular.
Ese glorioso día había llegado, por primera vez en muchos años –y para muchos, por primera vez en sus vidas-, volvía a quedar en manos de la gente la elección del máximo mandatario. 
Ese fatídico y maquiavélico “Proceso de reorganización nacional” finalmente, quedaba atrás…Era un despertar después de tanta horrenda y tenebrosa oscuridad. Había un mañana, y ya no era tan temible como el hoy.
Y así, uno a uno, fueron llegando. El primero vino desde Chascomús, puso luz en aquellas penumbras y rearmando lo que en aquellos años se habían encargado de devastar, inicio su  mandato con el memorable Juicio a las Juntas… Mas no duró mucho la “estabilidad” de los primeros años, y el globo se pinchó rápido. La crisis económica, las presiones sociales y políticas, y las siempre presentes coberturas mediáticas, hicieron que las elecciones se adelantaran y desde el interior del país, llegó quien comandaría desde fines de los ’80 y durante la década del ’90 nuestros destinos. Qué decir de aquellos años…en los que, si bien faltaban políticas sociales, educacionales, la cultura por el piso, la gente (la “segunda categoría de personas” para algunos) comenzaba esa rápida explanada hacia la indigencia…eso sí, la pizza, el champagne y el dólar sobraban! Y con ellos, los perdones y los indultos, y claro, una Corte donde en realidad, no sobraba nada…
También esto terminó… 
Ahora los últimos años del siglo se encontraban en manos de una dudable y endeble “alianza” que poco después, y también apremiada por la “crisis”, se vio huyendo por los tejados en el medio del infierno que metros abajo vivía un pueblo que no quería ver nuevamente arrebatadas esas esperanzas que desde comienzos de los ochenta defendía espartanamente.
Y ahí, y por más débil que se la viera, la democracia quiso aguantar…y lo logró. El bastón pasó de manos muchas veces en esos apremiantes días, y siendo el fierro caliente que nadie quería agarrar, poco después nos encontrábamos en las urnas de nuevo… Ahora sí, las esperanzas más renovadas que nunca.
Ahí llegaba una pareja con aires fríos del sur. Con ansias de cambiar muchas cosas, de “barajar y dar de nuevo”…y algo de eso hubo, algo de eso hay… En el medio, desaciertos, errores, conflictos…también los esperados juicios y ahora sin perdón ni olvido

Unos treinta años que parecen mucho, pero que sólo son el comienzo de una “República democrática” que no debe perder de vista, jamás, cuanto falta aún…
Y las deudas están a la vista: las calles y sus parias, los olvidados, los uniformados de ayer y de hoy que aun no han sentido el peso de la espada de la justicia; los abandonados, los que para el Estado, están al “margen”; los pobres, los enfermos, los presos; los desaparecidos de ayer, y los desaparecidos de hoy q sufren el olvido aún más que aquellos… 
Una democracia que de “ideal” no tiene nada, pero que siempre y aun la peor de ellas, será mucho más deseable que la mejor dictadura.

Esperanzas que no deben ceder ante el desaliento que desde los rincones más déspotas, oligarcas y autoritarios sacuden con extrema dureza.
Esfuerzos que no deben claudicar ante las más duras vallas de la sucia política.
Ansias de cambio que no pueden estremecerse ante la resistencia de los que se han cansado de atentar contra la voluntad popular…

Después de un ayer temible, un hoy difícil, todo por un mañana más democrático, en el que la “igualdad” sea estandarte y la justicia su fundamento.

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